“Mi deseo por ti forma parte de mí” cuestiona la digestión como condición fundamental para existir en el mundo, un proceso con dimensiones fisiológicas, psicológicas, espirituales, literarias y políticas. Múltiples tramas trazan la poética de la incorporación como una cuestión de metamorfosis y decadencia, la filosofía de la materia y la conquista imperial, la industrialización y la aniquilación, la poesía y la paternidad, el amor y la cita.
Derya está embarazada, pero no ha tenido relaciones sexuales. Al adentrarnos en su vida, como empleada doméstica en pleno verano seco, comienzan a surgir signos de lo sobrenatural y lo divino, lo que nos lleva a cuestionar el verdadero origen de su misterioso embarazo.